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Al principio...

tablets en el aula

El documento de entrega de los dispositivos marcaba unas condiciones muy estrictas de responsabilidad y seguridad, de tal suerte que la dirección del centro restringió el uso de las tablets al profesor responsable sin la posibilidad de extenderlo a los otros miembros del departamento de Visual y Plástica y/o a otros grupos del centro.

Antes de empezar a trabajar con este nuevo dispositivo se intentó crear expectativas en los alumnos y se les insistió mucho sobre los aspectos de control y seguridad. Cualquier desperfecto en los dispositivos pasaría a ser responsabilidad del centro así que se hacia obligatorio hacer que los alumnos asumieran su responsabilidad cuando las usaran.

Así mismo, antes de empezar los trabajos, se les insinuó que tipo de actividades se realizarían. se intentaron crear expectativas.

Nunca habíamos trabajado en clase con tablets y no sabíamos muy bien como iba a ir. Se tuvo que organizar unas listas de distribución para que cada alumno siempre tuviera el mismo dispositivo siempre, se tuvo que organizar un sistema de recarga de las baterías, un lugar donde guardar los aparatos, etc. Aspectos que parecen muy superficiales pero que dan mucho trabajo y que hay que saber organizar muy bien para evitar problemas. 

Los fines de semana los aparatos se guardaban en un lugar del centro mucho más seguro que el aula de plástica con lo que supone de almacenaje y desplazamiento de todos los aparatos.

Dado que había dos grupos de alumnos que accedían a las tablets se les insistió mucho que fueran muy respetuosos con los trabajos del alumno que compartía con ellos la misma tablet. Esto originó situaciones muy anecdóticas como alumnos que les dejaban mensajes (de texto y/o de audio) al siguiente usuario.

El proyecto de aula que se intentó llevar a cabo con el uso de las tablets no fue otra cosa que continuar los contenidos propios de la programación de plástica; no se trabajó nada diferente a lo que se hace dentro del curso. Evidentemente la metodología nos cambio mucho y en algunos casos, dado el hecho de tener un plazo de uso muy  limitado, nos motivó a utilizar todos los días que dispusimos de las tablets aunque en algunos momentos no fuera la mejor metodología posible. Hay que reconocer que queríamos disfrutar de las 25 tablets y nos permitimos esa libertad. Debe de quedar claro que nos ha servido de experiencia, que todos hemos aprendido mucho pero que los tablets no es la solución, no es una solución, es una nueva manera más.